Biblioteca de Markiv - 7° Era

Comparto totalmente las palabras de la bella Arwen, asi como el sentimiento de tristeza por aquella la siempre alegre Eunilda.

"Eunilda, siempre estarás en nuestros corazones. Mis plegarias son por tu alma."






Alá os bendiga mundo.

Este mensaje es solo para informar...

Querida Eu, también Simartha te llora

Saludos y suerte.







entre tantas muertes que se suscitan cada dia, me entristee el saber la de una hija del norte...Eunilda, amiga de siempre...
que Odin y Thor te tengan reservado el mejor lugar en el Valhalla mi querida barbarita....que la gloria te acompañe y vivas en el recuerdo eterno de cada uno que te conocio.....






En este aciagado dia, me uno a todos aquellos que dan su pesame, mi despedida a una mujer sin igual..

Aunque poco nos hemos conocido, dire que siempre habra un lugar en mi recuerdo para aquella con la que he compartido tantos momentos en esa taberna, ahora vacia.

Que tus dioses te acojan en su seno, y que tu estirpe sobreviva. Es mas.. estoy seguro de que asi sera.

Adios Eunilda.. la paz sea contigo.

Buenas mundo guaranpino,

Mediante esta humilde carta queria avisarles a TODOS, mas alla de sus diferencias por la guerra que se ha desatado, que me he enamorado de una bella reina...

Esta bella dama se conocer como Dune.

Solo queria invitarlos a todos a mi humilde boda en mi fortaleza que se enceuntra en 121-305. Todos aquellos que deseen presenciar esta divina union entre Dune y yo seran bienvenidos, abra mucha cerveza, vino, cerdo, etc...

Desde ya gracias a todos los que asistan a la boda.

Esta se realizara luego de las cosechas a si que hay tiempo todavia.

La novia debe pasar por su vestido y luego encarminarse a sus nuevas tierras por derecho.

Emperador Sir Hawk.

GOOD MORNING, GUARANPIS
Edición dominical

Perdón por el retraso, cariñines. Regresé, sí... para caer en un largo siestorro del que acabo de salir. Pero una reportera se debe a su público y, con un ojo abierto y el otro semicerrado, aquí presento la crónica:

En Hispania, las lluvias de octubre comienzan a limpiar los rastros del combate en los devastados campos de batalla; no ocurrirá así con el recuerdo de muerte y destrucción, que permanecerá indeleble durante un largo tiempo.

El Este de Europa se convierte en el escenario de la llamada a filas para presentar batalla en el frente, en un desesperado intento por contrarrestar las oleadas ofensivas de la tetra- Alianza, mientras en la población cunden la rabia y el desánimo por un futuro que se adivina incierto por el capricho de sus señores.

Africa, en cambio, observa atónita el imparable avance del enemigo; un enemigo que no sólo arrasa cuantos feudos encuentra a su paso, sino que también procede a su conquista y ordena colgar su estandarte en las aún humeantes torres de los numerosos castillos ahora suyos.

Tras numerosas batallas, la línea del frente francés mantiene su posición y los combates han quedado reducidos a escaramuzas en tierra quemada.

No sucede lo mismo en Hispania, donde reina el caos y son interminables las columnas de negro humo que se elevan sobre el horizonte nublando la luz de un sol antes radiante, mientras se expande por doquier el olor acre de los cuerpos carbonizados y la campiña arrasada por el fuego y la destrucción.

En las pantanosas estepas rusas infestadas de mosquitos, la muerte vence a la vida y apenas se mantiene en pie la esperanza de alcanzar el frío invierno: pocos piensan que podrán resistir hasta entonces.

Por otro lado, el frente de los Balcanes se amplía en un área cada vez más extensa tanto en un bando como en otro.

Y en las áridas dunas africanas, la población se moviliza y presenta cruenta batalla en un desesperado intento por mantener su soberanía durante tanto tiempo respetada.

Comienza a perfilarse el boceto de la imagen completa de esta guerra, pero con un tremendo coste: el obligado tributo de vidas humanas reflejado en una interminable lista de caídos.