03 de Mayo del año 1048 d.C.
El Papa Benedicto IX me ha hecho llegar una misiva en la que me amenaza de excomunión "Lactae Sententiae" de seguir con mi actitud bélica frente a enemigos que no debieran serlo puesto que en algunos casos se trata de cristianos e incluso religiosos. El Santo Padre aduce que mis votos de Obediencia, Castidad y Pobreza me obligan a deponer toda actitud beligerante frente a los miembros de la cristianitas, y ya que me encuentro bajo su autoridad, no tengo otra salida.
Es por ello que mis mensajeros parten raudos y veloces a entregar al Sumo Pontífice mi solicitud para que me permita la renuncia al hábito que llevo y a mis votos religiosos, convirtiéndome en simple caballero al servicio del Emperador Sacro.
No me cabe duda que mis reiteradas llamadas de atención al Papa Benedicto IX sobre su conducta y sobre su apego al sillón pontificio han influido mucho en su decisión. He hablado con el Fraile Bartolomeo, hombre de profunda caridad, sensibilidad y espiritualidad, muy cercano al Papa, para que redoble los esfuerzos en la conversión verdadera de nuestro Santo Padre.
Es acta que firmo en la sacra Ciudad de Ragusa (Santo Flagelo) a 3 de Mayo del año 1048 de nuestro Señor.

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