Composición dedicada a su prometida, Melanthe, nacida del desconsuelo que le produce su larga ausencia en busca del Martillo de Thor.
Única certeza
Una fuerte marea de dudas
llena mi mente de preguntas,
que en la soledad trato de aclarar
buscando respuestas para poderla calmar.
Me pregunto porque algo dentro de mi,
mi alma tal vez, se agita al sentirme cerca de ti,
¿porque me estremezco con una sola mirada tuya?
la misma que detiene el tiempo al cruzarse con la mia.
También me pregunto porque mi respiración se detiene
al contemplarte, por muy breve que sea, girarte sonriente
como si tu sonrisa, dirigida hacia mi, congelase el aire
o me empequeñeciese ante el puro resplandor que desprende.
Tampoco encuentro respuesta al escalofrio que mi cuerpo recorre
cuando por unos instantes, horriblemente fugaces, tus suaves manos
alcanzan a rozar mi piel, como una caricia de la brisa, pero echa por tus dedos
y no por el aire que alimenta mis pulmones, como tú alimentas mi alma.
Ni siquiera se, porque el tiempo se arrastra
con torturadora lentitud en tu ausencia,
trayendo consigo recuerdos y sueños
todos ellos caoticamente mezclados.
Y cuando apareces ante mi, el mismo tiempo
torturador antes, se torna presto y parece esfumarse,
dejando escapar, como arena entre mis dedos, el placer de tu compañia
haciendo que los sueños, se conviertan al tiempo en recuerdos y pesadilla.
Y en la cresta de esa marea de preguntas
se encuentra la mayor de todas ellas,
que llena todas mis noches enteras
como el cielo las estrellas.
¿Porque vivo en este desierto interior e interminable?
pues no hay segundo en que tú me faltes
que como un sediento moribundo no ruege porque estes
y pueda detener mi sed, profunda e insondable necesidad de besarte.
Algo que no abarca el saber ni la ciencia
tan sólo un eterno vacio que tan sólo contigo se sacia
cuando estas junto a mi, derramando tus dulces palabras
que bebo con necesidad, desespero porque no sean las ultimas.
Y en toda esa marea de preguntas, una única certeza
que es para mi como el sol, una luz celestial que me da fuerza
saber con toda seguridad, que no lo son, que nuevamente
apareceras, y en tus miradas, sonrisas y palabras podre perderme.
Jürgen von AS

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